27
ABR 2021
La fiebre de las SPACs, ¿una oportunidad de oro para el mercado europeo?

La fiebre de las SPACs, ¿una oportunidad de oro para el mercado europeo?


España

Víctor Artola (Director del Departamento de Corporate y M&A) y el socio del mismo departamento, Pablo Enrile, escriben una tribuna en El Confidencial.

El Director del Departamento de Corporate M&A Víctor Artola y el socio del mismo Departamento Pablo Enrile, han escrito una oportuna tribuna en el diario digital de mayor difusión en España El Confidencial sobre la nueva realidad de las SPACs.

Dicen los autores que se extiende con fuerza en el mercado europeo la fiebre de las SPACs (Special Purpose Acquisition Companies), una “nueva” figura de inversión que ha batido todas las previsiones en Estados Unidos durante el año 2020 y que parece que van a superar todos los registros a lo largo de este año 2021. Solo en el mes de febrero se han registrado 90 SPACs y más de 32.000 millones de dólares de inversión.

Si bien, señalan Víctor Artola y Pablo Enrile, en EEUU esta figura se encuentra en su punto álgido, para el mercado europeo se trata de algo más bien lejano y experimental, aunque todo parece indicar que este tipo de mecanismos de inversión han llegado para quedarse.

Hasta ahora, dentro de las plazas europeas, han tomado la delantera Ámsterdam y Luxemburgo, que ya cuentan con SPACs que cotizan en Holanda o Alemania. En lo que respecta a España, todo parece indicar que el éxito de este tipo de vehículos va a depender en gran medida de la acogida que tenga por parte del regulador y autoridades públicas (CNMV).

A pesar de lo sofisticado del nombre, las SPACs son una figura de inversión relativamente sencilla. Se trata de vehículos creados para la captación de capital inversor que se sacan a cotización para, posteriormente, fusionarlas con una sociedad operativa con la que rentabilicen la inversión.

La particularidad de esta figura es que la SPAC, cuando sale a bolsa, no tiene un negocio propio, sino que es una sociedad “cascarón” ('shell company') que en su salida a bolsa ya especifica que su finalidad es la de buscar potenciales empresas 'target'. Las SPACs dan mayor liquidez a los inversores y a su vez tratan de evitar el tradicional proceso de salida a bolsa de una empresa privada, que puede ser más costoso y prolongado en el tiempo. Muchos han denominado este tipo de figuras como 'blank check companies' (cheque en blanco), ya que el rol que juega el equipo gestor (Sponsors) es muy significativo, al no ser ni siquiera necesario el tipo de compañía o sector en el que se va a invertir.

La implementación de estas figuras de inversión supone una jugosa oportunidad en el mercado del capital riesgo y es ahí, precisamente, donde el mercado europeo puede tener una oportunidad de oro derivada del ámbito regulatorio. En particular me refiero a la regulación existente en la Unión Europea (UE) sobre fusiones intracomunitarias (fusiones entre sociedades de distintos países europeos).

Concluyen Víctor Artola y Pablo Enrile en su tribuna de El Confidencial que “la ausencia de una regulación específica en nuestro sistema legal sobre las fusiones extracomunitarias (fusiones entre sociedades en el que una de las empresas que participa en la fusión no sea de la UE) puede aumentar el escepticismo entre el capital inversor, que duda de la viabilidad jurídica de estas operaciones. Sin embargo, dicho escepticismo es en parte infundado, ya que la normativa mercantil española prevé expresamente dicha posibilidad (incluso existen precedentes), si bien no se desarrolla el procedimiento y tiempos de ejecución, lo cual puede desincentivar a potenciales inversores.

La tribuna completa aquí



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